¿Sintonizar con la abundancia?
Por Saúl E. Morales
Vivir en abundancia es vivir con una gran cantidad de algo: riqueza, bienestar o amigos. La abundancia puede medirse en bienes y recursos, puede medirse en términos de relaciones, incluso, en función de pensamientos y emociones. Pero todos estos enfoques, llegan, forzosamente, hasta su esencia: la abundancia es una forma particular en que se organiza la energía. Sí: la abundancia es energía en la misma manera que todo lo que existe en este planeta. Es la naturaleza propia del universo, es un estado de la persona y de los sistemas.
Sólo que es un estado al que no todos sabemos acceder, como en un canal de TV por cable; necesitamos saber cuál es el canal que debemos sintonizar para ver el programa que deseamos.
En mi opinión, las organizaciones tienen como una de sus más importantes razones de ser, el sintonizarse con la energía de la abundancia y amplificarla; todas las organizaciones: la pareja, la familia, la empresa, el país y la colectividad humana mundial.
Las organizaciones abundantes tienen tres prácticas básicas:
Piensan en términos de efectividad: tienen fe. Aplican la suprema afirmación del pensamiento que los lleva a tomar decisiones con la mínima (y distorsionada) información que tienen. Decisiones para crecer, invertir, innovar…
Además, actúan con esperanza, que es una magnitud de la confianza; es la más tenaz de las conductas. Actúan confiados en que sus acciones producirán lo que esperan. Por eso aportan recursos, por eso continúan diseñando nuevos productos y por eso continúan ofreciéndolos al mercado.
Finalmente, tienen como motor de conducta al amor; sí amor. Sienten pasión por lo que hacen, estiman lo que tienen y retornan a su medio social y ecológico parte de la abundancia que generan. Dan de regreso a cada persona más de lo que se recibe de ellas, en valor de uso.
En vista de que la organización existe por la gente y para la gente, en mis estudios he identificado algunos de los principales factores que las personas traen a las organizaciones para sintonizarse con la abundancia o desconectarse de ella.
La armonía se sintoniza con la abundancia, el desequilibrio la desconecta
Un estado armónico es el que está en equilibrio, proporción y correspondencia adecuada: uno en el que todos aportan de acuerdo con su mejor capacidad.
La concordia se sintoniza con la abundancia, el conflicto la desconecta
Quienes traen concordia a la organización, proveen un estado de unión y de conformidad, muy diferente del pendenciero que es propenso a enfrascarse en riñas y pleitos.
La tolerancia se sintoniza con la abundancia, la crítica la desconecta
Un estado de consciencia basado en el amor y la inteligencia que reconoce y acepta que todos somos diferentes y aportamos según nuestras propias capacidades, acelera la difusión de la abundancia.
La modestia se sintoniza con la abundancia, el orgullo la desconecta
Una organización modesta carece de vanidad, no es jactanciosa ni inflada, ni tampoco manifiesta exceso de estima propio.
La gratitud se sintoniza con la abundancia, la ingratitud la desconecta
Si el esfuerzo produce lo que se desea, la gratitud produce 100 veces más. La organización agradecida reconoce el apoyo recibido y lo hace evidente.
Alegrarse por los demás se sintoniza con la abundancia, la envidia la desconecta
La organización abundante no siente tristeza o pesar por el bien ajeno; entiende que, si todos sus clientes, colaboradores y la comunidad donde opera están bien, ella también estará bien. Así que no sólo se alegra por el bienestar de los demás, si no que los ayuda a estar mejor.
Mantener el enfoque se sintoniza con la abundancia, la dispersión la desconecta
La energía de la abundancia es estable, enfocada y persistente, así que el exceso de ideas, planes e intereses la aleja; no logra cuajar debido a lo disperso de la atención.
La confianza se sintoniza con la abundancia, el recelo la desconecta
La energía de la abundancia es pura, no manifiesta doble cara ni intenciones ocultas por lo que las personas que son confiables y confían en los demás ayudarán a sus organizaciones a ser más abundantes.
Ver el potencial se sintoniza con la abundancia, el pesimismo la desconecta
Finalmente, la personas que visionan un futuro brillante y prometedor, atraerán la abundancia, contrario de aquellos que perciben la escasez y la dificultad.
Sólo pongamos atención si nos estamos conectado a la abundancia y si estamos integrando a las organizaciones a gente que multiplicará sus recursos.