Hemos iniciado una ola de cambios descomunalmente grande que, si nos quedamos parados a esperarla, nos aplastará como personas y como organizaciones. La única manera de sobrevivirla es aprendiendo a navegarla, pero eso requiere de nuevas habilidades, de creatividad sublimada, de actitudes más positivas y de una valentía sin precedentes.

Ahora daremos un vistazo a algunas de las características más evidentes de esta nueva ola y, luego, revisaremos cómo navegarla con nuestras fortalezas naturales.

Los grandes cambios que se han iniciado

Afortunadamente, la biología nos dotó a todos con capacidades inherentes que nos dan las herramientas idóneas para enfrentar exitosamente las situaciones, por más difíciles que parezcan. Sin embargo, no todos las enfrentamos de la misma manera, ni con la misma tasa de éxito. Lo importante es saber cuáles son nuestras herramientas naturales; con qué contamos para salir adelante en la vida.

Es por eso por lo que cada vez más las organizaciones recurren a herramientas que identifican los rasgos de personalidad. Sabemos hoy que la personalidad determina mejor el posible rendimiento de una persona en una función, que la experticia, la experiencia e incluso la formación académica.

Ante la velocidad de los cambios, es muy importante que las organizaciones revisen sus estructuras organizacionales para asegurarse de que las personas correctas están ocupando los puestos correctos. Además, este proceso deben hacerlo de la manera más eficiente posible, aplicando las mejores herramientas que les den no sólo un alto grado de certeza en el diagnóstico de la personalidad, pero que también lo hagan rápidamente.

La 9FP utiliza para este fin un sistema de identificación de rasgos, competencias, tendencias, motivos y otras características de la personalidad que sirven para tomar decisiones respecto de las personas en los planos individual, relacional y organizacional.

En el próximo post trataremos más específicamente cuáles son los recursos que nos preparan mejor para navegar la ola de cambio.

_{Fuentes: estudios y publicaciones recientes del WEF y Revista The Economist}